[Alerta: contiene spoilers]
Este año, los candidatos a los Premios Óscar por Mejor Película Animada fueron bastante dispares. Ahí tenemos a Toy Story 4 y sus personajes de siempre (al servicio de un excelente guion), a Klaus y J'ai Perdu mon Corps representando al bando de Netflix, a la injustamente criticada Missing Link y, cómo no, a la tercera entrega de la saga How to Train Your Dragon. Analizándolas desde un enfoque narrativo, todas las películas tuvieron desaciertos, pero ninguna como la escrita por Dean DeBlois, que hace agua por donde se le mire.
Afortunadamente, por una de esas ironías del guion, a veces las malas películas son las mejores maestras. Intentemos entonces hacer un repaso por los más resaltantes gazapos de esta nueva secuela protagonizada por Hiccup y Toothless.
1. Un objetivo débil. El detonante de la historia llega cuando el pueblo de Berk decide ir en busca de un mundo perdido que al principio existe solo en los sueños de Hiccup, para librarse del asedio constante de los enemigos. Sin embargo, pronto vemos que la comunidad se asienta en la primera isla que les sale al paso, ya que encuentra en ese lugar la seguridad que buscaban. La necesidad dramática queda entonces satisfecha, y la importancia de encontrar el mundo perdido pierde todo sentido, desdibujando la motivación del pueblo.
2. Un villano pasivo. Grimmel es, probablemente, uno de los mejores recordatorios de lo peligroso que es violar la máxima "Show, don't tell". A pesar de que muchos diálogos se esfuerzan por hacernos creer que es la mente maestra de un plan que tiene por objeto capturar a todos los dragones de Berk, una vez develados los mecanismos narrativos nos topamos con un personaje que dista de ser calculador, y se limita a aprovechar los espacios para generar conflicto. Con la excusa de la carnada, Grimmel entra en tiempos muertos imperdonables. La amenaza inicial a Hiccup no es más que un truco bastante obvio para apresurar el tren de acontecimientos. Y así por el estilo.
3. Una subtrama gratuita. La de Astrid y Hiccup era una boda esperada por todos los seguidores de la saga How to Train your Dragon. Pero, ¿era necesario presentarla como una de las salvaciones de Berk? Absolutamente, no. Sin embargo, desarrollar una subtrama romántica que corriera en paralelo al cortejo entre Toothless y Light Fury se presentaba casi como una obligación para satisfacer al público y acercar a los personajes protagónicos por medio del símil. Por desgracia, la subtrama no fortalece ningún aspecto de los personajes, y se utiliza solo como una excusa para satisfacer a los fans. Una práctica que se está haciendo cada vez más común. Alarmante.
A favor de "How to train your Dragon 3", cabe decir que también tiene algunos aportes dignos de mencionar. Ahí está la construcción inicial del villano, que cumple con ser el arquetipo Jungiano de la "sombra" de Hiccup, y la escena del cortejo entre los dragones, que remite instantáneamente al Pines of Rome escrito por James Fujii para Fantasia 2000. Por desgracia, los deslices pesan más que los aciertos, y el balance general del guion más reciente de Dean DeBlois queda en rojo. Nos queda esperar que, para una próxima oportunidad, los dragones de Berk no sean lo único que remonte el vuelo.